La propagación de la gripe aviar, también conocida como influenza aviar, es motivo de preocupación en latinoamérica, que se mantiene en alerta sanitaria ante el repunte en países como Argentina, Uruguay y Ecuador.
Los expertos han insistido en que este tipo de virus se adapta al entorno, es por ello que es obligatorio reforzar la vigilancia epidemiológica ante la expansión de la enfermedad.
Incluso, por primera vez se ha detectado la gripe en grandes aves; uno en Estados Unidos y otro en Ecuador, mientras que Guatemala declaró el estado de emergencia tras confirmar la presencia del virus H5N1 en un pelícano. Otros países que encendieron sus alarmas son Cuba, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Chile.
Por su parte Perú y Venezuela tienen una alerta vigente desde finales de 2022.
Al respecto, Patricia Valenzuela, internista y vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, señaló al periodista Román Lozinski, que “la transmisión entre las aves y el ser humano no suele ser tan efectiva, siempre puede suceder, sobre todo en las personas que están en contacto directo con estos por diferentes circunstancias como trabajo”.
No obstante, la transmisión de persona a persona es casi imposible, al punto que hasta ahora no se ha determinado ningún caso de este tipo.
Prevención
Autoridades sanitarias han realizado algunas recomendaciones para evitar la propagación de la gripe aviar en seres humanos. Por supuesto, la principal es evitar el contacto con aves enfermas o muertas.
Igualmente, es primordial lavarse las manos frecuentemente, hacer uso de desinfectantes a base de alcohol, evitar consumir alimentos crudos de aves, así como extremar medidas de limpieza en criaderos.
¿Cuáles son los síntomas?
Aseguran los expertos que los síntomas de la influenza aviar pueden confundirse con los de una gripe común, pero suelen ser más graves.
Incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular, congestión nasal, diarrea y vómitos.
En este sentido, la infección se desarrolla entre 1 y 4 días después de la exposición al virus, mientras que los síntomas pueden durar entre 2 a 8 días.
