El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, viajó este viernes a China, donde permanecerá hasta el próximo jueves, en busca de respaldo político y económico de su principal aliado y acreedor, de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Maduro aspira a ser reelegido en esos comicios, pero su legitimidad es cuestionada por gran parte de la comunidad internacional.
Además, el gobierno venezolano enfrenta una grave crisis económica y social desde hace años, agravada por las sanciones internacionales y la pandemia del coronavirus.
Por eso, Maduro espera conseguir nuevas inversiones de parte de China en el sector petrolero, que es la principal fuente de ingresos del país, pero que sufre una profunda caída en la producción y el mantenimiento.
Según la agencia Bloomberg, Maduro también discutirá sobre posibles emprendimientos conjuntos entre compañías de los dos países.
La visita de Maduro se produce después de que la vicepresidente venezolana, Delcy Rodríguez, se reuniera esta semana con el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, en Shanghái y Pekín.
Wang expresó el apoyo firme de China a Venezuela para salvaguardar su independencia nacional y su dignidad nacional, y rechazó los intentos de interferencia extranjera denunciados por el gobierno de Maduro.
China y Venezuela han forjado una relación de hierro irrompible, dijo Wang.