La oposición venezolana, liderada por el presidente interino Juan Guaidó, logró recuperar el control de 49,9% de las acciones de Citgo, la filial estadounidense de la estatal petrolera Pdvsa, que había sido cedida como garantía a la empresa rusa Rosneft en 2016.
La junta directiva ad hoc de Pdvsa, designada por Guaidó, presionó a Rosneft durante dos años y medio para que devolviera el certificado de las acciones, que estaba bajo custodia en Nueva York. Según fuentes cercanas al proceso, Rosneft habría cobrado el préstamo otorgado a Citgo mediante envíos de petróleo por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
Sin embargo, la situación de Citgo sigue siendo delicada, pues enfrenta varias demandas de empresas expropiadas y tenedores de bonos que buscan embargarla para cobrar sus acreencias.
Uno de los casos más críticos es el de los bonos Pdvsa 2020, que están garantizados con el 50,1% de las acciones de Citgo y que no han sido pagados por el gobierno de Maduro. La oposición impugnó la legalidad de estos bonos ante la justicia estadounidense, argumentando que no contaron con la autorización del Parlamento venezolano. El caso está pendiente de la decisión de la Corte Superior de Nueva York, pero la junta ad hoc de Pdvsa intenta negociar un acuerdo con los bonistas.
Otro caso urgente es el de Crystallex, una empresa minera canadiense que ganó un arbitraje internacional contra Venezuela por la expropiación de sus activos y que busca cobrar más de 1.400 millones de dólares a través del embargo de Citgo. El caso está en manos del juez Leonard Stark, de la Corte de Delaware, quien ha dado plazos para que las partes lleguen a una solución.
Citgo es una empresa estratégica para Venezuela, pues posee 4 mil 200 bombas de gasolina en Estados Unidos, plantas en Luisiana, Illinois y Texas, además de una red de refinación con capacidad para procesar 797 mil barriles diarios de petróleo.