Cuba está enfrentando una grave crisis de combustible que la ha obligado a buscar petróleo en Rusia y México, debido a su incapacidad de procesar el crudo pesado que recibe de Venezuela, su principal proveedor de hidrocarburos desde hace más de 20 años.
Según datos y fuentes de envío a los que tuvo acceso Reuters, la exportación de crudo desde Venezuela hacia Cuba se ha reducido a 55.000 barriles diarios en lo que va del año 2023, debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos a la nación sudamericana.
Ante esta situación, Cuba ha importado cinco cargamentos de Rusia desde noviembre del año pasado, y ha recibido grandes cantidades de combustible de México, durante el actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La directora comercial de la petrolera estatal cubana Cupet, Lidia Rodríguez, apuntó que su nación tiene una baja en las reservas de diésel y gasolina, así como también de petróleo que sus refinerías pueden procesar, por lo que «estamos tratando de evitar la escasez total de combustible en el país».
Por su parte, Jorge Piñón de la Universidad de Texas, en Austin, en Estados Unidos, afirmó que a las refinerías de Cuba se les hace difícil procesar el petróleo pesado de Venezuela, dado que éste genera menos combustible. Además, señaló que Cuba necesita unos 130.000 barriles diarios para cubrir sus necesidades energéticas.
La crisis de combustible ha afectado la movilidad, la producción agrícola y la generación eléctrica en la isla caribeña, que atraviesa una profunda recesión económica agravada por la pandemia del coronavirus y el endurecimiento del embargo estadounidense.