El Lago de Maracaibo es el más grande de América Latina y el 19º entre los lagos más grandes del mundo. También es el segundo más antiguo del planeta, con una antigüedad de entre 20 y 36 millones de años. Es el principal ícono del estado Zulia y del occidente del país, y tiene una gran importancia geográfica, histórica, económica y ecológica.
El Lago de Maracaibo fue descubierto por el navegante español Alonso de Ojeda en 1499, quien lo bautizó como San Bartolomé. En 1529, el alemán Ambrosio Alfinger fundó la ciudad de Maracaibo en la costa del lago, que era un pequeño poblado indígena llamado así por los aborígenes. El lago fue escenario de varias batallas navales entre españoles, holandeses, ingleses y venezolanos durante la época colonial y la guerra de independencia.
El Lago de Maracaibo es el único lago de agua dulce en el mundo que tiene una conexión directa y natural con el mar. Se conecta con el Golfo de Venezuela por un estrecho de 55 kilómetros. Es alimentado por numerosos ríos, entre ellos el Catatumbo, el Chama y el Escalante. Tiene una superficie de entre 13 210 a 13 820 km², una longitud de 160 kilómetros y una profundidad máxima de 50 metros.
El Lago de Maracaibo es también una de las zonas de mayor riqueza petrolífera del mundo, con más de 15 000 pozos perforados en su cuenca desde 1914. De allí se llegó a extraer la mayor parte de la producción de crudo del país. En la franja superior de color azul se le rinde honor en la bandera regional.
El Lago de Maracaibo alberga una gran diversidad de flora y fauna, tanto en sus aguas como en sus costas e islas. Entre las especies que se pueden encontrar están el caimán del Orinoco, el delfín rosado, la tortuga arrau, el manatí caribeño, el flamenco rosado, el pelícano pardo, la garza real, el cardenalito y el mono araguato. También hay manglares, palmeras, orquídeas y cactus.
En sus aguas se origina el Relámpago del Catatumbo, un fenómeno natural que produce el mayor promedio de relámpagos por kilómetro cuadrado al año: 250, con un asombroso promedio de 1.6 millones cada 12 meses. Este fenómeno genera hasta cerca del 10% del ozono atmosférico del planeta y deslumbró a su descubridor.
El Lago de Maracaibo enfrenta varios problemas ambientales que amenazan su salud y su belleza. Entre ellos están la contaminación por hidrocarburos, aguas residuales, basura y sedimentos; la erosión costera; la pérdida de hábitat; la sobreexplotación pesquera; la invasión de especies exóticas; y el cambio climático. Estos problemas afectan tanto a la biodiversidad como a las comunidades humanas que dependen del lago.
La fundación Azul Ambientalistas es una organización no gubernamental que trabaja por la conservación y recuperación del Lago de Maracaibo. Su director general, Yohan Flores, aseguró que el lago está “completamente contaminado”, pero que “se puede recuperar” con acciones conjuntas entre el Estado, la sociedad civil y el sector privado.
El Lago de Maracaibo es un tesoro natural y cultural de Venezuela que se desarrolla desde su origen hasta nuestros días. Es un patrimonio que debemos cuidar y valorar como parte de nuestra identidad nacional.
Motor de la economía de Zulia
Este lago ha sido el motor del desarrollo económico del Zulia y Venezuela por décadas, desde 1914, gracias a la riqueza petrolífera de su cuenca, donde se han perforado más de 15 000 pozos. También ha sido el sostén de la actividad pesquera, con una elevada producción de cangrejo azul y camarones, y el escenario de importantes acontecimientos históricos, como la batalla naval del lago en 1823, que selló la independencia del país.
Además, el Lago de Maracaibo tiene un gran valor ecológico y cultural como reservorio de fauna y flora. Alberga decenas de especies de aves, reptiles, mamíferos y peces, algunas endémicas o en peligro de extinción, como los manatíes, las toninas y los delfines. También cuenta con varias islas, como San Carlos, Zapara y Toas, y con el fenómeno natural del relámpago del Catatumbo, que genera hasta cerca del 10 % del ozono atmosférico del planeta.
Asimismo, ha sido fuente de inspiración para muchos músicos zulianos, sobre todo gaiteros, que han expresado su amor por el lago en sus canciones.
Sin embargo, a pesar de todo lo que ha ofrecido al Zulia y al país, el Lago de Maracaibo enfrenta una grave situación de contaminación que amenaza su biodiversidad y su calidad de vida.
Según el director general de la fundación Azul Ambientalistas, Yohan Flores, el lago está completamente contaminado por tres factores principales: los derrames petroleros constantes, el plástico y las aguas residuales de las grandes industrias que desembocan al lago a través de cañadas.
Flores se refirió a las imágenes satelitales publicadas por la NASA el 25 de septiembre de 2021, en las que se ve el lago verde y con manchas de petróleo en su superficie, que evidencian su escandalosa contaminación. Según BBC Mundo, las imágenes muestran torbellinos de color verde, marrón y gris que obedecen a las propias corrientes naturales que según los expertos dispersan los contaminantes por todo el lago.
El ambientalista denunció que hay derrames petroleros constantes en la costa occidental y oriental del lago, que afectan a más de 30 kilómetros cuadrados y que no han sido atendidos por Pdvsa. El más reciente se reportó en Cabimas, en la Costa Oriental del Lago (COL), el pasado 22 de enero proveniente de la Planta H7 de Pdvsa.
Flores también señaló que el plástico es un gran problema que requiere una gran necesidad de recogerlo de las costas, y que las aguas residuales de las grandes industrias que desembocan al lago a través de cañadas son otro factor contaminante que afecta la salud humana y animal.
Pero Flores insistió en que el Lago de Maracaibo es recuperable. “Se puede recuperar”, dijo, sobre la base de que durante la pandemia de COVID-19 “pudimos comprobar que sus aguas estaban limpias y transparentes, porque la producción petrolera estaba paralizada y también las industrias, había pocos contaminantes”.
Para lograr la recuperación del lago se requiere un plan integral que involucre al gobierno nacional, regional y local, a las empresas públicas y privadas, a las organizaciones ambientalistas y a la ciudadanía en general. Se necesita concienciar sobre la importancia del lago como patrimonio natural y económico del país, implementar medidas para prevenir y controlar los derrames petroleros, fomentar el reciclaje y la reducción del plástico, mejorar el tratamiento de las aguas residuales y fortalecer la fiscalización ambiental.
