Los lareneses enfrentan una grave crisis de combustible que los obliga a pasar horas en las filas de las estaciones de servicio. Algunos incluso deben dormir en sus vehículos para asegurar un puesto y poder llenar el tanque.
Esta situación afecta la calidad de vida y el trabajo de los conductores, que deben sacrificar sus actividades cotidianas para obtener el preciado líquido. Tal es el caso de Antonio Gil, un camionero que dejó de trabajar para hacer la cola de la gasolina en la estación de servicio San Luis, al lado del Centro Comercial Sambil, en Barquisimeto.
Gil llegó a las 07:30 a. m. y estacionó su camión 350 en la urbanización Los Libertadores, a pocos metros de la avenida Los Leones. Según él, esperaba surtir en unas cinco o seis horas, pero no tenía garantía de que hubiera suficiente gasolina para todos.
Expresó su descontento con el gobierno y las autoridades regionales por no resolver el problema.
La escasez de combustible se debe a la baja producción de las refinerías nacionales, y según el gobierno de Maduro ocurre por el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.
Ante esta realidad, los lareneses solo tienen dos opciones: resignarse a hacer las colas o pagar precios exorbitantes en el mercado negro, donde un litro de gasolina puede costar hasta 3 dólares.
