Venezuela ha solicitado oficialmente su ingreso a los BRICS, una alianza de cinco economías emergentes que buscan aumentar su influencia y cooperación en el ámbito global. Los BRICS están conformados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y desde el año pasado han iniciado un proceso de expansión que incluye a otras naciones como Argentina y algunos países árabes.
La economista y experta en inversión extranjera directa, Litsay Guerrero, considera que la integración de Venezuela al grupo le abriría «una ventana de oportunidades» en diversos aspectos, especialmente en el ámbito comercial.
Según Guerrero, Venezuela podría «capitalizar un mayor intercambio comercial» con los países miembros de los BRICS, lo que beneficiaría a sus sectores productivos, tanto en materia de exportaciones como de acceso a otros mercados. Además, podría diversificar sus relaciones económicas y reducir su dependencia de Estados Unidos y Europa, que han impuesto sanciones y bloqueos al país suramericano.
Otro beneficio potencial sería el acceso a fuentes de financiamiento alternativas, como el Banco de Desarrollo de los BRICS, que ofrece préstamos y créditos a proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en los países miembros y asociados. Venezuela podría aprovechar estos recursos para impulsar su recuperación económica y social, así como para fortalecer su soberanía energética, ya que posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo.
Sin embargo, Guerrero advierte que el ingreso de Venezuela a los BRICS no es un hecho consumado, sino que está sujeto a la aprobación de los países miembros, que tienen sus propios intereses y agendas. Asimismo, señala que Venezuela tendrá que enfrentar el reto de adaptarse a las exigencias y oportunidades que implica pertenecer a una alianza de naciones que se encuentra en un proceso de formación y de consolidación.