Los BRICS nacen en el año 2001, es el acrónimo de sus integrantes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que se incorpora en el 2011)
El objetivo, al menos el público, era unir en un órgano multilateral a las economías emergentes más importantes del mundo, fuera de los Estados Unidos y la Unión Europea.
La unión había venido funcionando como un sucedáneo de aquel movimiento de los NO ALINEADOS, constituido en medio de la guerra fría, para tratar de mantener una posición equidistante entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Aunque, sus promotores más entusiastas, estaban “alineados” geopolíticamente contra el llamado occidente. En efecto, Tito, Nasser y Nehru, cada uno con sus matices, eran figuras que respondían a esa tendencia.
Los BRICS, a diferencia de los NO ALINEADOS, han puesto el acento en la integración económica, más que en la geopolítica.
Sin embargo, en nuestro mundo es imposible evadir un posicionamiento sobre este tema, sobre todo de parte de una organización que agrupa a casi un tercio de la población mundial, así como un inmenso territorio que tiene fronteras con prácticamente todas las potencias del mundo.
En esta vía de la integración económica, los BRICS, habían acometido un proyecto tan ambicioso, como amenazante para Europa y los Estados Unidos. Intentaban crear una unión monetaria, como un primer paso para una moneda común, como respuesta al dólar y al euro. De hecho, ya han convenido en que las transacciones entre ellos se hagan en la divisa de cada uno de los países.
En esta misma vía y con la creación de un banco común, asentado en Singapur, ya se habían dado los primeros pasos intentando crear una criptomoneda respaldada en oro y apuntalada por las compras masivas del metal que ha hecho China en los últimos años.
Sin embargo, hace pocos días se le ha salido una rueda a esta carreta, la India ha anunciado que no participa de la idea de la moneda común y con ello dará un varapalo a esta tentativa que, aunque aún remota en el tiempo, era un evidente paso para apartarse del patrón oro y, con ello, debilitar al comercio internacional basado en la moneda estadounidenses.
La guerra de Ucrania se ha convertido en otro desafío para los BRICS. Es obvio que Rusia trataría de usar esta plataforma multilateral para lograr apoyo geopolítico para su invasión del país.
Pero, aquí tampoco ha cosechado grandes éxitos. El apoyo de China ha sido obvio, como obvio ha sido que la dependencia rusa ha aumentado considerablemente respecto del país asiático. Esto es lo único que ha logrado en ese terreno.
No se esperaba Putin que, en el marco de la cumbre de África y Rusia, Sudáfrica, el mas influyente y poderoso de los participantes, además de su socio en los BRICS, acaba de declarar que no aceptaría donaciones de sus granos, sino un trato comercial justo.
Como se dice en el argot taurino, Putin “ha pinchado en hueso” y ni siquiera ofreciendo la protección de Wagner a los negocios de los jerarcas africanos y donaciones a manos llenas, ha logrado que sus potenciales aliados apoyen sus iniciativas.
Los BRICS, sin duda alguna, tendrán que esperar mejores tiempos, para convertirse en la alternativa que pretendían ser.