La refinería Cardón, que puede procesar hasta 310.000 barriles diarios (bpd) de petróleo, se vio obligada a detener su actividad desde mediados de semana debido a un problema en la unidad de craqueo catalítico, según informó Reuters citando fuentes anónimas familiarizadas con el asunto.
El craqueo catalítico es un proceso que transforma los hidrocarburos pesados del petróleo en productos más comerciales, como la gasolina y los gases olefínicos. La falla se produjo por un compresor que dejó de funcionar y causó un daño considerable en la planta.
Esta paralización se suma a la de la unidad de craqueo catalítico de Amuay, la mayor refinería de Venezuela, que está fuera de servicio desde marzo por reparaciones. Ambas refinerías forman parte del Centro de Refinación Paraguaná (CRP) en el noroeste del país.
La red de refinación de Venezuela tiene una capacidad de 1,3 millones de bpd, pero sufre frecuentes problemas de producción que provocan escasez de combustible en el país sudamericano. Los críticos de la empresa estatal Pdvsa le acusan de falta de inversión y mala gestión, mientras que la compañía dice que saboteadores causan daños a sus instalaciones.
Pdvsa ha intentado en los últimos meses aumentar las operaciones de refinación, sin éxito, obligando a los usuarios a esperar en largas colas para surtir sus vehículos con gasolina, especialmente fuera de la capital Caracas.
