Venezuela recibió este jueves un nuevo envío de diluyente de la petrolera italiana Eni Spa, que busca aliviar la grave escasez de gasolina y diésel en el país. El cargamento, de 351.000 barriles, llegó a la refinería Cardón, en la costa noroeste.
Se trata del segundo envío de Eni, que en agosto había enviado 260.000 barriles de nafta desde Sicilia, en colaboración con la española Repsol S. A. Ambas empresas tienen acuerdos con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) para procesar crudo venezolano en refinerías europeas y recuperar las deudas y dividendos que les debe el país.
PDVSA no puede recibir pagos en efectivo debido a las sanciones de Estados Unidos, que también le impiden importar combustibles de otros países. Por eso, PDVSA opera en un sistema de trueque, intercambiando crudo por diluyentes. Este mecanismo fue autorizado por el Departamento del Tesoro estadounidense en 2022.
El diluyente es necesario para mezclarlo con el crudo pesado que produce Venezuela y obtener así productos refinados como gasolina y diésel. PDVSA ha sido incapaz de mantener en buen funcionamiento sus refinerías ni de extraer suficiente crudo ligero de sus yacimientos debido a años de mala gestión, la corrupción y las sanciones.
Antes de recurrir a Eni y Repsol, Venezuela se apoyó en Irán para obtener combustibles, pero los envíos se han reducido por la presión de Washington. Mientras tanto, PDVSA está aumentando las exportaciones de crudo, que en septiembre superaron los 800.000 barriles diarios, la segunda tasa más alta del año.
Eni tiene actividades de exploración y producción en Venezuela desde hace décadas. Actualmente opera en el Golfo de Venezuela, el Golfo de Paria y la Faja Petrolífera del Orinoco. Su producción corresponde a los yacimientos de gas Perla, de petróleo Junín 5 y de petróleo Corocoro.
